Contribución al Foro: La Inversión Social en Venezuela Vs. El gasto
Social neoliberal
Actividad de Maestría UBV- Coro UC: Estado, Democracia y Políticas
Sociales. Coro; 5 de mayo 2017.
Eudes Navas Camacho
Este es de un original de Gotopo origen http://josegotopo.blogspot.com/2008/ |
Hay en
tiempos como éste en el que son pocas las respuestas novedosas sobre el
problema de la sociedad y sus necesidades. Pero sigue habiendo tiempo,
necesidad de respuestas y por supuesto las necesidades. Cuando no hay
satisfacción de estos determinantes surge la idea y con ella los alcances
posibles, también lo sobrenatural y demás artilugios para intentar llenar la
sabiduría que siempre será el logro permanente de lo esencial humano.
Ha habido
otros tiempos en los que la sociedad no tuvo tantas necesidades como si
calamidades: guerras, tiempos para olvidar y la sociedad se hizo de recursos
memorísticos para hacer reflexiones en lo adelante o estimar qué poder adoptar para
protegerse aún de ella misma. Ha recurrido la sociedad humana a lo sobrenatural
para darse esas explicaciones; ha recurrido en consecuencia al mito para
afianzar esos aprendizajes, no tan explícitos pero igual ricos en contenidos. En
todos los tiempos la sociedad ha buscado su historia para repensar y sobre todo
aconsejarse.
Luego sobreviene
la impostura del conocer solo al través de la ciencia y así lo sostenido en
ella se imponen explicando -sobre pocas variables, con qué resolver los
problemas que nos presentan nuestras necesidades y en más de las veces
convirtiendo esas las variables en la necesidad misma como ha pasado con la
propia ciencia, con la Historia, con la economía y las ciencias sociales en
conjunto.
En todos los
tiempos y con las nuevas posibilidades que tiene la sociedad para entenderse,
sean como sean sus aportaciones, ha cabido la posibilidad de negar que es la
misma sociedad la que elabora sus recursos, quien maneja sus tiempos, la que aprehende
sus espacios, elabora sus energías y la revitaliza su vigencia histórica como
formación biótica señera de la vida terrestre sin entrar en más detalles.
En esta secuencia
lógica hay que decir que esa capacidad de presencia y vigencia histórica ha
sido alcanzada a través del trabajo principalísimamente porque tenemos una
óptica de lo utilitario, lo necesario y lo que hay. Pero el trabajo como parte
de la esencia humana ante la naturaleza y en ese quehacer esa humanidad
laboriosa construye sus alternativas y decide que opta y cómo jerarquiza. Ahí
hemos estado hasta ahora y pretendemos ir más allá de la estratosfera para hacer
presencia gracias a la ciencia y sus retos. Vamos entonces otra vez a lo
sobrenatural pero ya por la ruta de lo sobresocial
que es como se plantean ahora los derroteros tecnológicos y sus innovaciones. Tenemos
a la aplicación tecnológica como la abreviación de la vida de los seres humanos
a través de resumir sus esfuerzos, pero ¿eso es para todos los seres humanos o
hay otros que seguirán haciendo el desgaste?
Insistamos en
la pregunta esencia de este escrito: ¿qué darle a la sociedad? Es una idea
sobrenatural el que alguien debe darle a la sociedad. Antes tengamos claro que
la sociedad tiene necesidades a través de los requerimientos de cada uno de sus
miembros que son en sí mismo una sociedad pero más pequeña y con un número de
identificación personal distinto para cada uno. A estos “cada uno” la respuesta
alcanzada hasta ahora es riqueza. No tanto por un problema del poder de la
ignorancia incoada con agnotología que lleva a creer en la riqueza como
respuesta a todas las necesidades, sino que ha sido el trajín de relatos y
ejemplos en secuencia, que defienden esa manera de pensar que en el fondo solo
conviene a quienes quieren apropiarse de la capacidad real de hacer riqueza desde
las explotaciones y depredaciones.
Las
explotaciones y la depredación han sido junto al trabajo acciones humanas que se
han mantenido en la historia larga que conocemos. El trabajo se lo han dejado a
la mayoría, la explotación y depredación solo para algunos que van tras la
riqueza de toda la sociedad. Pero ¿cómo es posible que estos pocos se hagan de
todo lo demás incluso de las mayorías? Ahí viene lo sobrenatural y no tiene
nada que ver con Dios y sus otras manifestaciones. Tiene que ver con esas
asignaciones que desde los mitos hasta la ciencia y la filosofía infilosófica actual nos han llevado a
través de otros a pensar en: liberalismo, neoliberalismo, socialismo, marxismo,
feudalismo, fascismo, esclavismo, primitivismo y un etcétera más corto pero
siempre político.
Todos estos ismos nos han llevado a pensar en que el
trabajo es la riqueza de los seres humanos. Marx en 1875 reconviene enérgicamente a sus
camaradas socialistas sobre ese error en Critica
del Programa de Gotha y señala que la riqueza está en La Naturaleza porque
es allí donde están los valores de uso que originan la vida material y tal como
expresa textualmente señala lo sobrenatural como germen de dominación:
“Los
burgueses tienen razones muy fundadas para atribuir al trabajo una `fuerza creadora sobrenatural` ; pues precisamente del hecho que el trabajo está
condicionado por la naturaleza se deduce que el hombre que no dispone de más
propiedad que su fuerza de trabajo, tiene que ser necesariamente, en todo
estado social y de civilización, esclavo de otros hombres, quienes se han
adueñado de las condiciones materiales de trabajo. Y no podrá trabajar ni por
consiguiente, vivir, más que con su permiso.”[1]
En este orden
de ideas tenemos ante sí el argumento de que otro pone las condiciones de cómo
se hacen o se ven las cosas. Así la economía -y si es política es más a favor
de nuestro argumento, es quien junto a otras disciplinas científicas y
profesionales con sus dimensiones y asignaciones establecen los criterios por dónde
observar la realidad y termina viéndose la sociedad como un conjunto de legalidades
y formalidades.
¿Desde dónde
son devenidas esas formalidades, categorías, conceptos y sobre todos los
derivados de los ismos?, son devenidas
del algo sobrenatural que ahora se
afianza como verdad desde la ciencia y sus asociados, para de inmediato volver
a los mitos (explicaciones no explícitas pero profundas) y después a
sensaciones que llegan a esos individuos (micro
sociedades con número de identidad) a sentirse estafados o desgarrados por su vida mísera
(incluidos aquellos que no la tienen tan mísera pero sus opciones para gastar o
consumir se ven limitadas no por falta de dinero sino por falta de oferta).
Estos efectos
son más duros en nuestras sociedades subordinadas de la economía irreal del
imperio capitalista y de la noción sistema mundo que erogan desde los
massmedia. Esas imposiciones conceptuales, científicas y de alta gama política
han establecido diferencias claves ahora que se asoman crisis en el sistema
mundo. La crisis viene de lo irreal de la economía fiduciaria y de alto
consumo, la del dólar que es barato en su país de origen y caro en los países
que lo necesitan para pagar los amarres financieros y los abarrotes del consumo
del día a día. Estos países sobrenaturalmente
comienzan a explicarse con esas categorías o a buscar soluciones desde otras
categorías tipo sinónimos pero si son antónimos mejor.
¿Qué queremos
decir con lo anterior? Simple, se buscan categorías para explicar cosas. La
pobreza se explica, se define y por tanto se categoriza. Se combate, se intenta
eliminar. Según quien se lo plantea intentará políticamente explicarla como un
problema de la dependencia, como un asunto de desigualdades, como el resultado
de iniquidades. Pero el asunto es que hay documentos multinacionales que la
decretan y la visibilizan porque conviene hacerlo para ir en contra de un
bloque. Esto es parte del argumento interno que nos lleva a esta reflexión, sin
embargo lo enunciamos para que cada lector tenga libertad de asumirlo o
simplemente dejarlo a la mitología que generan los sociólogos, politólogos y
otros perdidos en la formalidad de sus ciencias.
Con relación
a la pobreza hay que decir: los pobres son más que pobres. Los pobres son
hermanos en la Nación pero nadie se lo plantea así. Y si se ocurre hablar de
nacionalismo salta el sistema mundo y actuará en contrario de inmediato. Mientras
los gobiernos -según sean sus aplomos, hablan de invertir o gastar para atender
esa necesidad nos quedamos en el léxico que tiene profundas diferencias
explicables al estilo mito pero depende de los aplomos. Allí meten ciencia y
tecnología, servicios médicos, educación y la gestión de cobrar o no, de abonar
más recursos o no, de retribuir o contribuir. Y hasta ahí lo importante de eso
que no es más que una distinción formal que ejecutará alguien investido de
funcionario.
Pero la
sociedad y en el caso de la pobreza el asunto es más difícil que explicar las
categorías. Hay que plantearse el asunto desde una perspectiva más rica y densa
por lo complejo del tema. La pobreza como dijimos arriba es diana de todo lo
que lleva el sustantivo social. ¿Qué tal si nos planteamos el problema de la
pobreza desde el sentido de la Nación? Será que logramos que quienes creen que
en su familia no hay pobres sepan que los hay pero ¿porque no lo saben? Porque
somos una sociedad hoy por hoy producto de la sobrenaturalidad esta vez
intensamente mas mediática y cada vez más un imaginario social.
Preliminarmente
concluyamos que la sobrenaturalidad y desde ahora lo sobreentendido es producto de la dominación permanente y sostenida
de determinantes sociales y políticos que no queremos ver pero que permea a
través de cómo se plantean los seres humanos la vida y sus consecuencias. Hay
que superar la sobrenaturalidad y la legitimación de categorías que vienen de
la ciencia pero de un planteamiento incorrecto a los efectos de la esencia
humana y la propia historia.
Hoy por hoy
se está planteando el asunto histórico del Estado, la Democracia y la propia
política. Los desequilibrios tienen a la manada volteada hacia esos tormentosos
signos de agotamiento de los discursos porque cada vez más la sociedad conoce,
se hace sabia y no le basta con que “me quieran resolver” que ya no es una
oferta viable y ahí reaparece el sentimiento Nación que puede que esté en
bandos, en generaciones y geolocalmente distraidos, pero está vibrando por
genética propia y aupada porque el sujeto social se está convirtiendo en un
implicado social gracias a que se hace más activo en perspectiva.
Este
derrotero de la sabiduría social es un campo de alta fertilidad para la
realidad y la comprensión de la sociedad. También es un instrumento para poner
en los lugares correctos conceptos forjados con tiempos, con vidas humanas en
esplendor y con un trámite de alta recursividad. De allí la intención de establecer
que la sociedad necesita como respuesta su propia comunicación con
desplazamientos en el tiempo, espacio, esencia y convicción probada. Por allí
es que insistimos en la idea de abrazar la Nación como plataforma y perspectiva
para entender o explicar asuntos que sin demora hay que resolver y que son
altamente nocivos a la imposición.
Hay que decir
entonces que la Nación produce sus posibilidades, por eso la invocamos antes. En
términos de requerimientos la Nación, lo que necesita es su comunión entre la
naturaleza, habitantes (activos, reservados, estacionarios), su forma de saber
y cómo ese saber lo convierte en plasma para vida mayor y sustentable; como
consecuencia vendrá cómo hacer más histórica la Nación para sí misma y una
larga vida en espacio, tiempo, energía y revitalización.
La Nación es
la comunidad entre Pueblo, País, Patria que son verdades alcanzadas en planos
históricos determinados y con sus determinantes. Pero va mas allá, también va a
sumar sentido de vida, acervo inmaterial esencial, esencialidad humana,
recursividad social y vigencia económica absoluta (patria, matria, fratria,
horizontes y entonces a lo Popol Vuh).
Hoy por hoy
hay que decir como diagnóstico que Nación la han abreviado en país, es el caso
de la Venezuela contemporánea, la que en los últimos 28 años está luchando por
su definición y resurgir vital y hasta ahora ha podido quitar la
representatividad por votos y trajo el protagonismo y otra carta magna también
con votos. Aun está en trámites de mejores definiciones aunque tiene que
enfrentarse al fenómeno involutivo que advertía Ortega y Gasset en escrito
conocido póstumamente Europa y la Idea de
Nación (1960):
“La Idea de Nación, que había sido hasta ahora una espuela, se
convierte en un freno. Incapaz de ofrecer a cada pueblo un programa de vida
futura los paraliza y los encierra dentro de sí mismos. Pero esto significa que
las colectividades europeas han dejado de ser propiamente naciones y por un
proceso de involución –de Zurückbildung- han retrocedido al estado primitivo de
pueblos que no son sino pueblos, han recaído en la vida propia de sus pequeños
usos, hábitos, manías. Los periódicos se ocupan principalmente en conmemorar
las glorias caseras, en hablar de sus pequeños hombres, como nunca habían hecho
hasta ahora.”[2]
Impresionante
es tener que conseguir tal parecido con el hoy por hoy en la cita textual de
Ortega y Gasset a pesar de sus casi 60 años de pronunciada, ahora ¿qué darle a
la sociedad? Han abreviado también el país en Estado y éste se ha abreviado de
talentos y personeros y los que están aplican su abreviatura de clase y dicen
cómo se administra todo en la Nación.
Hay otras
cosas de la Nación que no solo se abrevian sino que se ocultan, sobre todo lo
que es capaz de lograr la Nación como un todo. Aquí es donde entran las
ideologías que son parcelas de verdad entendidas y con intereses a “mi favor”.
Entre esos a “mi favor” surgen también quienes se hacen de pastores de un país
sucinto en rebaño. Esos pastores al decir de El Papa Francisco deben oler a
ovejas, pero no huelen a rebaño, menos a ovejas. Esta gran parábola del Papa
explica ahora esa diferencia entre el concepto y la intensión (significado), de
allí la gran dispersión que rebosa en odios inducidos por los pequeños hombres de la política.
¿Quién en la
sociedad va a ser atendido y ¿qué debe hacer el atendido para merecer una gracia económica extra? ¿Cómo tendrá
que retribuirla? Como gracia económica
extra hay que empezar por definir cualquier eventual inversión o gasto
social como así se llaman. Decimos Gracia porque se asocia a algo que no
pertenece o al que se tiene acceso porque otro por encima te lo asigna, la
decide y la norma. Es económica esta gracia porque viene del recurso existente
presupuestado y financieramente existente. Y es extra porque se asume como no
normal, sino como un elemento atípico, especial por lo tanto termina siendo la
corona de la gracia económica luciendo más brillante el “gesto administrativo”
en “favor” de los beneficiarios como pasan a llamarse ahora el hermano pobre,
empobrecido o técnicamente definido como vulnerable.
¿Qué darle a
la sociedad? Nada sobrenatural como es de esperar. La sociedad es parte
comunicante y la componemos los nacionales a los que nos es propio todo lo
generado por la naturaleza de nuestra realidad; es necesario develar amarres
artificiosos que repetimos e inducimos a consumir en el afán de dar respuestas.
Concentrémonos en Nación que es la esencialidad humana que suma patria, matria,
fratria, tiempo, espacio, país y con él lo que somos y hay. Hagamos una nueva
teoría con el objetivo de buscar las propias razones y con ellas preservar la
vida humana como misión superior, lo demás es retórica técnica en vías de
obsolescencia hoy por hoy.-
Eudes Navas Camacho.->2017-05-01
[1] MARX, K.
Critica del Programa de Gotha. Ediciones El Aleph. Com en: http://190.186.233.212/filebiblioteca/Ciencias%20Sociales/Karl%20Marx%20-%20Critica%20del%20programa%20de%20Gotha.pdf (pág 8 y 9)
[2] Ver documento contentivo de esta cita de Ortega y
Gasset en http://www.pro-europa.eu/attachments/article/404/ortega-y-gasset-europa-y-la-idea-de-nation.pdf
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