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La historia insurgente: ¿porque hay insurgencia e insurgentes?



Por: Eudes Navas Camacho

Preliminar
No hay otra razón de titular este ensayo así, sino la de la evidencia histórica, una extremadamente actual que fue el aporte humano -hasta el aliento final, de Hugo Chávez Frías, el último venezolano más universal, patrimonio histórico de la humanidad humilde, de la humanidad de los que trabajan sin explotar a nadie y resistiendo aun sin saber que son explotados.
Es un homenaje al varón barinés que al él nacer la esperanza de vida de sus compatriotas no alcanzaba ni siquiera la edad que él dejó marcada al morir[1] (y la que dejó de disfrutar al fallecer físicamente con apenas 58 años mientras que su trabajo favoreció para que sus compatriotas alcanzaran a vivir por encima de los 74,49 años de edad (hombres y mujeres).[2] Quedamos con deuda cronológica con el comandante Chávez de 16,49 años que le debemos.
Pero lo que ha vivido y nos ha hecho vivir Chávez, no solo a los venezolanos sino al mundo de los explotados, ningún hombre normal lo hubiera hecho ni siquiera en 160 años calendario. Este es el dato claro de este preliminar. ¿Cómo fue capaz de hacerlo? Chávez corazón del pueblo! Esa es una explicación seria para poder entender porqué tanto hizo y cómo brota el fruto de su siembra.
De lo clave aquí, veamos uno de sus esenciales aportes: desde 1999 el comandante nos hizo voltear la cara hacia la Historia. Volvió el interés a que volteáramos sobre la ruta de ver lo pasado y lo que hacemos, esta vez desde la perspectiva de lo real que se oculta en el velo de la dominación y las formas sutiles de dominar. No sólo eso, había que ver también como unos dominados -que creen sentirse felices al servir a sus dominadores, desde las ciencias aspiran ascender ellos a costa de contribuir con esa ocultación[3], fenómeno nunca mejor expresado en el ámbito de la vida de los humanos.
De lo que venimos desarrollando muchas referencias hay, destacamos ahora para la reflexión este aporte atribuido en nota de prensa al historiador y profesor de la Universidad Central de Venezuela profesor Pedro Calzadilla:
Calzadilla destacó que Chávez desde 1999 se propuso recuperar la identidad del venezolano, su autoestima, recuperar la historia transformando la visión deprimida del pasado histórico que vendieron las élites y que permanecía oculta al conocimiento del pueblo. (Fuente: http://www.radiomundial.com.ve/article/el-comandante-hugo-ch%C3%A1vez-reafirm%C3%B3-la-identidad-del-pueblo-venezolano-audio enlace visitado el 17.05.2014).
Es elocuente que Chávez fue un insurgente; con la claridad suficiente y el desgaste de trabajo digno para ser visibilizado a toda pompa en el mundo. Su esfuerzo debe ser retomado como símbolo del camino humanizante que los pueblos abandonaron por servir al dominador mediante élites enajenadas y el resto por no saberse dominado no se enteró. Es preciso seguir tal esfuerzo y claridad revolucionaria virtuosa, universal, de doble vórtice compuesta por el trabajo y el florecer intelectual de los pueblos.

La historia Insurgente:
Las cuentas del alma -como diría una canción de Rubén Blades cantautor panameño, tienen en sus pocos días restantes la posibilidad de ser pagadas. Habría que decir: canceladas. Desde el origen, esas cuentas para los pueblos subordinados forzosamente no son deberes propios, han sido acreencias impuestas e impregnadas de culpa por ser pobres o por algún perverso estigma que en lugar de milagro es una condena:

…Hoy comprendo su dolor, y lo terrible que es amar una ilusión
Que está atrapada entre la sombra del pasado,
Y que en las noches se libera y va a su lado como el fantasma de un  amor que no murió.
Mi madre le ha temido a la noche desde el día que se fue mi papá.
Hoy la miro y comprendo que ella aún piensa que las cuentas del alma
no se acaban nunca de pagar.[4]

La agudeza histórica y de ubicación universal de Chávez, ha encendido un motor ancestral: el motor de buscar desde lo que tenemos, de lo que es esencial, de lo que es veraz, lo que conviene y no entorpece el devenir. El recuerdo de su propia vida, la que vivió, que trabajó, que supo de victorias, de esfuerzo, de cariño, de amor, de derrotas, de niños, de matrimonios, de divorcios, de llevar sin traer, como cualquiera de nosotros, le permitió descubrir lo que estaba descubierto pero que a la gente de logros le avergonzaba. Descubrir lo descubierto, vaya pleonasmos que no se entiende desde lo encumbrado del enajenado.
Ahora, la “sombra del pasado” y esas “cuentas del alma” –aparentemente ya no muy claras para Blades, son temas de La Tarea de una revolución que entiende que el trabajo histórico, de la historiografía y su aliada, la insurgencia, saltan como germen de construcción de la otra historia, que podrá llegar a ser hegemónica pero desde la liberación de los pueblos, la soberanía de conciencia y claridad para todos y todas.
La tarea de la revolución venezolana -la avanzada por Chávez, abre sus esfuerzos por varias vías. En lo que nos corresponde reflexionar -de La Tarea y una de las vías, tenemos: los PNF o en su dimensión correcta Programas Nacionales de Formación en áreas estratégicas para la floración y maduración de la Patria Socialista[5]. Entre esos PNF se encuentra el de Historia, abordado y puesto en marcha a través del Centro Nacional de Historia de Venezuela y que tiene como objetivo:
Desarrollar procesos de formación en el ámbito de la historia para impulsar las políticas del Estado Revolucionario Bolivariano destinadas  a liberar la conciencia histórica,  fortalecer la identidad nacional y la nuestroamericana, a fin de construir de la Patria Socialista[6].

La hora actual, se presenta con la importancia de no perder el tiempo, de ganarlo en formar los miembros de la propia vida para liberar conciencia. Pasa por liberar la conciencia de los que aspiras formar y en el caso de la historia formar los nuevos historiadores insurgentes; no podemos olvidar que la insurgencia no es una pauta normal de vida, es un pecado, un delito. Entonces hay que empezar por liberar estos contingentes de avanzada y a cualquier otro .

  • Insurgencia e insurgentes
La liberación y la insurgencia son un virus en la revolución bolivariana, pero hay que actuar francamente sobre los hospederos y sobre los vectores de propagación de ese virus. Es la forma de propagar la acción a favor de la historia veraz, la historia esencial y el verdadero recuerdo y registro de los pueblos.
Pareciera feo el símil, pero no importa, insurjamos hasta en lo que es feo y bonito que eso también es del códice del dominio. No se puede perder de vista que esa formación debe tener su propio horizonte y como destino el multiplicar y seguir formando, hacer de la insurgencia una pandemia, porque… ¿Se podrá hacer historia insurgente si no llenamos la carencia de historiadores insurgentes? ¿Basta insurgir para hacer un buen aporte universal y contemporáneo a la historia insurgente?
Desde el punto de vista material hay que seguir haciéndose preguntas, y son para calibrar el análisis y profundizar la discusión histórica y científica. Por ejemplo valdría la pena preguntarnos: ¿La historia de los opresores se minará con la revelación de la veracidad de los pueblos? ¿Hay historia por insurgir? ¿Es necesariamente revolucionaria la historia insurgente?
El designio auténtico del quehacer humano ha venido respondiendo a estas interrogantes, positivamente a nuestro entender y validando los esfuerzos por re-pulir cristales de observación y análisis, des-configurar las máquinas de escribir para públicos, des-electrificar los hechos y re-alimentar los archivos con los faltantes que la inquisición histórica burguesa intentó pirar para siempre.
El escenario nacional y el espacio nuestroamericano es un reto titánico para recuperar la historia, hacerla insurgir; también tiene el reto de formar los talentos -pero también los nuevos lectores, de ese quehacer humano, social, orgánico, esencial y veraz. Hay que tener presente que hemos sido y seguimos siendo un resonador de culturas invasivas y depredadoras. Hemos logrado, no obstante establecer una ruptura importante en nuestro quehacer tragicómico de consumir cultura y atrevernos a crear cultura.
Pero la resonancia persiste. Chávez lo sabía, como muchos lo saben, pero que el comandante en permanente centellar pusiera La Historia en la mesa grande de lo que hay que hacer y dejar de seguir con la deuda histórica. Ese empuje de Chávez  y de los equipos de trabajo del Centro Nacional de Historia y las universidades plataforma, han logrado que el PNF en Historia avance en medio de las grandes cosas que hace Venezuela y su revolución bolivariana.
La revolución bolivariana ha puesto a todos, muchos sin querer, a producir cultura política, exportable, ha ratos importable porque nos vemos desde otros países hermanos que nos agradecen la gesta revolucionaria. Somos tema de estudio, en las escuelas de política y sociología del mundo aunque los centros de poder académico no quieran reconocerlo y se absortan en la hiper-realidad[7] o por problema de intereses de oblación al estilo Teodosio II o Valentiniano III.

Concluyendo
La identidad nacional -especie de quimera, tiene sus propios retos; entre ellos hacerse de la materia intelectual generosa, frondosa, que prosiga en la construcción de la patria buena desde la propia insurgencia, desde la historia del cada día y cada alegría en los corazones de los seres humanos que habitamos el país y soñamos con un mundo nuestro. La identidad nacional hay que conquistarla desde la insurgencia y de eso se trata.
La matria nuestroaméricana tiene igualmente sus propios retos, tal vez más que abismos límites, pero abismal también es la tarea de forjar en su propia dimensión cual punta de lanza desde los pueblos nuestroamericanos la cultura del respeto al quehacer humano constructivo solidario, recreador de la naturaleza y sus bienes, generador de la cultura del habitar en equilibrio la tierra y sus espacios sociopolíticos en armonía con los derechos de los pueblos, cualquiera que sean. La matria nuestroamericana hay que volverla una realidad y un esencial contacto histórico cotidiano.
La historia insurgente es posible, es viable, requiere sí de historiadores y lectores insurgentes, de generaciones de actores principales, históricos, como volumen total de la realidad nacional o del continente nuestro. Es palpable el esfuerzo y claro el requerido de inmediato, pero hay que hacerlo, porque es desde allí desde donde mana la esencia libertaria. Ese manar es el precioso sinónimo de insurgir..-------mayo.2014

EudesNavasCamacho


[1] Esperanza de Vida en Venezuela dato del año 1960: hombres 57,96. Fuente: http://www.datosmacro.com/demografia/esperanza-vida/venezuela 
[2] Esperanza de Vida en Venezuela dato del año 2012: hombres y mujeres 74,49. Fuente: idem.
[3] Textual: Es la desaparición de un cuerpo astronómico detrás de otro. Se trata de un fenómeno menos espectacular que un eclipse, pero que reviste gran importancia para medidas astronómicas de diverso tipo. El cuerpo celeste que más frecuentemente oculta las estrellas es la Luna que, moviéndose a través de las constelaciones del Zodíaco, cubre en promedio todos los años una cincuentena de estrellas hasta la sexta magnitud. Fuente: http://www.astromia.com/glosario/ocultacion.htm
[4] Tomado de http://www.musica7.com/grupos/ruben-blades/cuentas-del-alma.php . Visitada el 17.05.2014. Curioso: en la página oficial de Ruben Blades no hay forma de obtener esta letra.
[5] Textual: Los Programas Nacionales de Formación son definidos como aquellos conjuntos de estudios en áreas estratégicas de desarrollo para la Patria Socialista y actividades académicas conducentes a títulos o grados de estudios universitarios, creados por iniciativa del Ejecutivo Nacional, a través del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria (MPPEU), diseñados en colaboración con una o más instituciones de educación universitaria, para ser dictados y acreditados en distintos espacios del territorio nacional, en las Aldeas Universitarias de Misión Sucre o en Instituciones de Educación Universitaria, en función de prioridades nacionales, regionales y locales. Fuente: http://cnh.gob.ve/index.php/presentacion Visitada el 17.05.2014
[7] Juan Castillo Briceño. Hugo Chávez y los medios de comunicación: la guerra “hiperreal” venezolana. Revista Historia y Comunicación Social. 2003. Vol. 8. Págs. 21-34. UCM. Madrid. (http://revistas.ucm.es/index.php/HICS/article/viewFile/HICS0303110021A/19316) Visitada el 17.05.2014

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